En comunidades donde la violencia y la pobreza son la norma, los niños y jóvenes suelen ser los más afectados por los problemas de sus comunidades. Muchos terminan abandonando la escuela, son reclutados por pandillas en su comunidad o comienzan a involucrarse en comportamientos violentos.
COMUNIDADES FUERTES
Las comunidades más pobres de Honduras a menudo se ven agravadas por una serie de problemas, que incluyen familias rotas, violencia doméstica, actividad de pandillas, altos niveles de delincuencia y servicios públicos inadecuados. Esto puede crear una situación increíblemente vulnerable para las familias que llaman hogar a estas comunidades, lo que les impide construir un futuro brillante. Invertimos en comunidades vulnerables para equipar a los jóvenes y familias hondureños para construir futuros más sólidos.